Las instituciones mundiales tienen que apoyar la creación de empleo

Los sindicatos tienen más acceso que nunca  a las instituciones de gobernanza mundial. Y lo estamos utilizando en la vigorosa defensa de un programa sindical para el cambio.

Las demandas sindicales se centran en cinco esferas clave:

Los sindicatos son reconocidos como interlocutores sociales indispensables en el G20 a través de la Cumbre laboral (L20), en la que intervienen líderes sindicales de los países del G20 y los sindicatos mundiales. Los sindicatos intervienen ahora en reuniones bilaterales con líderes del G20 en todas las reuniones del G20 en las que participan los mayores países industrializados del mundo y países en desarrollo.

Hay pruebas del impacto que logran los sindicatos en la Declaración de la cumbre de Los Cabos del G20 de junio de 2012, que incluía el apoyo para ‘la creación de trabajo decente y empleos de calidad’, lo que significa ‘empleos con derechos laborales, cobertura de seguridad social e ingresos decentes’.

Desde 2002, el movimiento sindical internacional participa constructivamente en un diálogo regular y estructurado con el FMI y el Banco Mundial, a la vez que analiza críticamente sus políticas.

Los sindicatos han sido particularmente críticos con la receta única del FMI de desregulación del mercado de trabajo. En las últimas consultas con el FMI en febrero de 2013, los sindicatos criticaron firmemente sus recomendaciones sobre políticas a los países europeos. El FMI ha aconsejado constantemente a los países que desmantelen su protección de seguridad social y su negociación colectiva nacional y sectorial, una de las medidas fundamentales que deben utilizar los países para superar la crisis. El consejo se ha aplicado indiscriminadamente a países con déficit por cuenta corriente y a los que tienen superávit, señalando un programa basado en la ideología y no en la evidencia.

Otro obstáculo perenne es el uso del Indicador sobre empleo de los trabajadores en el informe “Doing Business” del Banco Mundial para justificar y alentar aún más la desregulación del mercado de trabajo. Como consecuencia de la presión del movimiento sindical, el Banco Mundial ha retirado el indicador, aunque hay pruebas de que sigue influyendo en la política del Banco.

En el lado positivo, la especial atención que se presta en el Informe sobre el Desarrollo Mundial de 2013 del Banco a los empleos debe alentarle a situar el trabajo decente sostenible en el centro de sus estrategias de desarrollo. También se avanza hacia la adopción, al fin, de una salvaguardia sobre las normas laborales en todos los proyectos del Banco Mundial.

La IndustriALL, con otros sindicatos mundiales, seguirá utilizando todas las posibilidades de influir políticamente para mantener la presión sobre el G20, el FMI y el Banco Mundial. Estas instituciones globales tienen que promover políticas que garanticen la justicia social para todos los ciudadanos.